LO QUE PASÓ, PASÓ.

Entre tú y yo; lo que pasó pasó, entre tú y yo (bis a por montones).

¿A quién no se le ha pegado esa canción? Haciendo una veloz encuesta:

95%: Conoce la canción, la ha escuchado en las combis, restaurantes o baños públicos.
78%: Sabe que la canta Daddy Yankee.
46%: Sabe quién es Daddy Yankee.
37%: La canta todo el día sin saber por qué, pero no le desagrada por completo.
14%: Qusiera dejar de cantarla, ya está aburrida de tanto "pasado".
1%: O sea, YO, ahuyenta a sus amigos cada vez que dice: ¡PRESEA, DALE, PRESEA!

"YO VOY A LLEGAR A DONDE ME DEJES…".

Me remontó al año pasado. El congresista Valdéz (sí estimados, aquel que valorizó "sentimentalmente" su biblioteca en un milóon de soles) se lanzó en el Trome diciendo que el perreo, aquel baile frenético que se danza cual apareamiento perruno, era perjudicial porque volvía locos a los chicos y los incentivaba a "otras cosas". Y así Cipriani y otras personalidades famosas se mostraban contrariados al respecto, lo que, oh sorpresa, aumentaba más la inquietud de la muchachada y convertía los salones de bailes en discotecas "full perreo" (aka perrotecas).

Con tanto barullo, lo que menos podía hacer esta periodista era estar pegadaza a toda la información referida a dicho asunto, lo cual, desde el principio, contaba con mi más absoluta reprobación. (Esto generó rencillas entre mi hermana, mis primos y yo, todos los cuales peleábamos con el Kazaa por eso). Asimismo, como coordinadora doctrinal del programa de confirmación de mi parroquia (dígame licenciado), me opuse tajantemente a que alguno de mis confirmas me hablara de esas vainas, que cantara o que los castigos propios de los temas sean "que baile perreo", "que perrée". ¡Ni hablar!

"BAILA MORENA, BAILA MORENA…".

Pero como todo en la vida es mutable y nada dura para siempre, me empezó a agradar y a hacer chiste las letras de las canciones, pero sobre todo el ritmo. Melómana de nacimiento, el sonido me comenzó a gustar y ya no me era indiferente. Además, los entendidos reclamaban -y con derecho- que se llamaba reggaetón y no el término despectivo que empleaban los críticos, pues es un derivado del reggae comercial sólo que con tonos más movidos. Así, con la agilidad memorística que me caracteriza, me aprendí muchos -sino todos- los títulos de moda: Baila morena, gata celosa, la batidora, agárrala, y mi favorito: me pones mal a mí.

Ya empezaba a hacer chistes en mi grupo, con los animadores, pero había algo que todavía no me cuadraba: the dirty dancing. De sólo pensar en los frenéticos movimientos me daba cosa, así que como la mente es más rápida que la mano, la cosa podía funcionar si ideaba the masterplan (help me Gallaghers!).

"ME PONES EN TENSIÓN CUANDO BAILAS ASÍ…"

Cada cumpleaños, aniversario, reunión sin-fecha-especial o lo que fuere propuse algo: si estarián los futuros confirmandos, ¿qué mejor que nosotros, sus maestros, para enseñarles no sólo a vivir la fe en las prácticas religiosas sino también en la forma de bailar? Porque, señores, censurar el perreo sería peor que el pueblo de Footlose cuando prohibieron el baile, y no tenía nada de ganas de conocer a mis próximos Kevin Bacon y Lori Singer peruanos.

Así que la gente empezó a bailar como cualquier reggae y todos felices y contentos. Tanto que en mi cumpleaños, en la fiesta sorpresa que me organizaron, terminé por darle curso a mi nuevo "invento": yo que había dado las indicaciones de cómo debía que bailarse y tanta vaina, pero que nunca había puesto en práctica nada, fui obligada a ¡perrear! ¡Auxilio!

"VAMOS A DEJAR ESTO CLARO YA, ¿OK?".

Ni modo, había de probar de mi propio veneno. Y no me fue tan mal. Claro, fui el hazmerreír de mis amigos todos y de mi familia entera, pero la chibolada ahí presente, mi fiel seguidora, no podía creer que yo, la atea declarada en cuanto a reggaetón se refería, me haya rendido a los pies del dichoso bailecito. Pero me convertí en su heroína, y desde ahí la resistencia que habían puesto a otros aspectos de su preparación cambió totalmente.

Por eso ahora, cuando media feligresía se pone de mala onda con el pobre Daddy Yankee (o Raymond Ayala, según su DNI, que demás está decirlo me cae en absoluta gracia), y lo tildan de "vulgar", "grosero" y "nada nice", yo hago oídos sordos y sigo cantando hasta que me canse. La verdad el ritmo es pegajosísimo y recontra mejor que "por qué me quedo muda", "mi vestido azul" y no sé que vainas más que sí me parecen un total aburrimiento. Además, como católica convicta y confesa, no siento que me vaya a ir al infierno por bailar reggaetón con la debida moderación. (Tampoco por decir "¡VALOR!" o cantar "pluma gay", así que tranquilos…)

El otro día leía la entrevista que el Clarín (sí, el mísmisimo diario argentino) le hacía al Yankee, que ya canta con P. Daddy y otros cantantes famosos. El tipo se las trae y de tonto no tiene un pelo. Incluso ya los fans del reggaetón han creado su propio diccionario; o sea que quien no se entera es porque no quiere. Para muestra, un botón:

PRESEA: Tanto presear como janguear son anglicismos. Dar presea significa acosar o poner presión sobre alguien. Viene de "press", que es un término que se utiliza en el deporte del baloncesto cuando el jugador de defensa trata de quitarle el balón al jugador que lo tiene. Janguear significa agarrarse de alguien. Viene de "hang on".

¿A ti te gusta la gasolina?
Ni modo: son cosas que pasan en el Barrio Fino.

8 comentarios en “LO QUE PASÓ, PASÓ.

  1. xDDDDDDDDDDDDD me parece apestoso, de lo peor, el perreo pero muchas veces me da risa cuando veo que alguien lo baila
    ##MUSICA COMERCIAL##
    Solo para ganar dinero no tendria por que ser musika

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  2. q pasa contigo chiquita si no sabes lo q es entonses estas en nada anda solo escucha a tu apestoso cantantes q tienes como hincha y para q sepas a mime gusta wisin y yandel nada mas y el mas mas daddy yankee y punto

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  3. hola soy yo maria luz a mi me gusta el reggeaton asi es de los chicos son increibles cantan bien buena voz muy lindo grasias a ti te manda maria luz y tengo 20 años yo si bailarmucho todo bailo jajaja me conoces a mi
    claro su pongo que era una persona eres tu

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