EL DESAFIO DEL INCA – LA GRAN FINAL.

Desde que me enteré que "El desafío del Inca" se estaba preproduciendo -gracias a mi "maravilloso" curso de proyecto, el ciclo pasado, que me daba las últimitas de América TV-, me quedé pegadaza. Más que por historia o curiosidad (lo admito), me pareció super paja el tema de la aventura y de los retos. En los campamentos a los que voy desde hace varios años todos los veranos hacemos cosas parecidas, aunque claro, con un sentido más espiritual que incaico. He llegado a escalar grandes cerros (casi 2000 m.s.n.m.) en total silencio y abstinencia líquida, correr enormes distancias… en fin, para mí resultaba super paja.

Cuando el reality (aunque ni tan real porque es grabado, editado e increíblemente postproducido) ya estaba por salir, y los directivos se loqueban viendo en qué horario ponerlo, ya que todo el mundo sabe que el mayor rating semanal es el del domingo a las 8 de la noche, rogaba para que sea domingo en la nochecita, y que Cuarto Poder (el poder de la gente) se pase para más tarde.

Y así fue.

Fanática como ninguna, desde que salió al aire en mayo intenté no perderme un sólo capítulo, y las veces que me lo tuve que perder me mataba viendo "La convivencia", un resumen mal hecho de lo que pasó el domingo, de lunes a viernes a las 6:10 p.m., con una Fiorella Rodríguez delgadísima que no me gusta nadita. Por eso casi mataba por estar puntual a las 7:30 p.m. los domingos (felizmente era mi día libre).

¿Cosas que no me gustaban? La INCREIBLE cantidad de comerciales, y la mala manera de meterla en los momentos más interesantes. Según estándares televisivos, las tandas comerciales deben durar entre 2 y 5 minutos. A veces estos maleados se mandaban con comerciales de hasta 10 minutos… ¡abusivos! Pero igual me quedaba pendiente de no perderme nada.

La vaina es que desde el principio me llegaban los patines argolleros, los que hacían confabulaciones, artimañas disfrazadas de estrategias para quedar en la final… Como me dijeron por ahi, todo era un juego así que nada se podía hacer. La verdad, yo hubiera querido que gane Pepe, Hilda, Richie, Antonella, los más guerreros, pero al final ganó Manolo, que es mejor que Vanesa (aunque fácil que comparten la plata, porque ahora dizque son novios).

Rescato la rapidísima edición y postproducción. Había un huevo de cámaras en todos lados y a toda hora. Además, los juegos eran pajas, y al equipo de producción mis respetos, pues diseñar los desafios y la distribución de los ayllus (familias) ha debido ser trabajoso, en especial porque la temperatura y el vivir a lo inca no debe ser nada fácil considerando que no hay tele, radio, internet, ipods ni canada dry!!! En lo que sí patinaron es en dejar que los mejores participantes se quiten porque los más monses se unían para botarlos, y en traer al tal Tomás otra vez cuando ni mérito hizo. Para tal caso traían a "el doc" o Malena, que se lo merecían.

Hasta había dejado de ir a misa por la noche, chatear, recibir llamados y salir por ver el desafío, a pesar de que toooooooooooodos mis amigos y familia me criticaban y catalogaban el programa de aburrido, ¡yo fiel! Tendré que retomar mis hábitos hasta que empiece otro grupo. Ojalá se quede Fabrizio (el más cuero) y se quite Aristóteles (que más cruel no podía ser, preciso para el papel de "decir adiós").

¿Cuándo empieza la nueva temporada?