MAMÁ LO SABE… ¡FELIZ DÍA MAMI!

¡Adoro el día de las madres! No sólo porque tengo muchas mamás en casa: tías, primas y abues, sino porque sé que aunque mamá no esté a mi lado físicamente, está desde el cielo celebrando un día de la madre A LO GRANDE, con María, me imagino… ¡Traigan más vino!

¿Porque adoro este día? Porque adoro la maternidad y admiro a todas las mujeres valientes que dijeron sí a la vida y decidieron ser mamis. Muchos han de pensar que con mi mamá en el cielo hoy no debe de haber sido un día bonito para mí, pues ¡para nada! Ha sido tan o más especial que los años anteriores. A ver, recapitulemos: normalmente le hacía su regalito, el desayuno en casa, el almuerzo fuera de ella y luego ir de procesión a las casa de mis tías y abues con los demás regalos. Se acababa el día y se volteaba la página. Sin embargo, esta vez fue diferente: esta vez fuimos a visitarla a ella, a su casa en el cementerio.

UOH UOH UOH UOH MADRE, HOY TE RECUERDO MÁS QUE NUNCA Y MI CORAZÓN TE BUSCA, MADRE…

Papi, Cati y yo le compramos mil ramos de flores multicolores (por cierto, los vendedores hicieron su agosto) y le decoramos todo muy lindo, incluso con un "Feliz día mami" de rosas rojas. Para esto ya varios le habían dejado flores . Luego almorzamos en su nombre y todo el día la recordamos en sus buenos momentos. Uy mami, te doblaste, fuiste más que el centro de atención, como siempre .

Otra de las razones por las que no me puse tristona ni nada por el estilo es porque leí este post del año pasado. Mamá ya estaba enferma, ya sabíamos lo del cáncer pero jamás imaginamos la gravedad ni la premura con que partiría al encuentro del Señor. Premonitoriamente escribía esas líneas, sin pensar que me tocaría la rosa blanca esta vez. Como dice el salsero Gabino Pampini cuando habla de las mamás: "Y si no la tienes viva a tu madre que tanto quisiste, ve a la tumba, visítala, llévale un ramo de flores que con ella tú debes estar". Pues entonces le dí su regalito hasta con consejo incluido.

¡Cáspita!

Además, quién podría sentirse sola, cansada, ojerosa y sin ilusiones con una mamá sustituta como la Virgen María. Desde siempre, pero ahora mucho más, la siento como mi mami mami, y debo tener una gran vara en el cielo con dos mamás super santas, yeeeee. Ahora, tampoco puedo evitar pensar cómo será el día en que yo sea mamá, quién me ayudará en la tarea, quién me aconsejará y cosas por el estilo; a quién podré ir a llorarle las penas cuando tenga problemas matrimoniales, o para elegir el vestido de novia, etecé. Pero recuerdo que tengo fabulosas tías y abuelas, además de buenas amigas que estarán allí para entonces. Si desea ser parte de la lista, anótese abajito.

Por cierto, desde octubre me he sentido un poquito como la mami de la casa, ya que me he encargado de las compras, la cocina, entre otras actividades más. ¡Así que me merezco mi regalito! Para saber qué cosa regalar, lean aquí.

¡AY SI LO SABE MI MAMÁ!

Y ahora, lo que todos se preguntaban: ¿Qué le regalé a mis trece mamis? Pues nada menos que chocolates, un regalo que a diferencia de los artículos de cocina o electrodomésticos, obsequios clásicos de esta fecha, son ÚNICAMENTE PARA ELLAS, no para uso de todos en la casa. Ahora que si quieren compartir allá ellas, jejeje. La verdad de la milanesa es que yo los escogí pero papá fue quien los pagó porque, claro, tengo una mala noticia y no fue de casualidad: ando en la miseria y de regalo sólo me quedaba recitar el viejo y conocido poema "Del cielo cayó una rosa", pero creo que más ricos son los chocolates, ¿a que sí?

Quiero saludar a todas las mamis bloggeras, mamis de hijos bloggeros, mamis no bloggeras de hijos no bloggeros, en fin, a todas todas, y recuerden, aunque suene a cliché: DÍA DE LA MADRE SON TODOS LOS DÍAS.

¡Mamá lo sabe, Mentholatum alivia!