HAPPY VALENTINE?

Este ha sido mi nick en todo lo que va del día, y gracias a él he recibido muchos mensajitos virtuales y cantos de amistad, de buena vecindad, de varios de mis contactos del msn y del gtalk. Sí, ajá: contrario a lo que se piense, yo no estoy en contra del amor, de las expresiones de cariño ni mucho menos del día de San Valentín.

Al igual que a todos los santos, yo a Valentín lo respeto y lo he hecho parte de mi manchita de santos chocheras, a quienes siempre pido en casos de vida y muerte y en ese que te platiqué. Lo que me llega es lo comercial que se ha vuelto el 14 de febrero como «fecha del amor» y/o «de la amistad» (para los llaneros solitarios). Un manejo comercial tan extremo de un sentimiento tan humano que, la verdad, llega al hartazgo. No, Valentín: no te pueden hacer esto, Valentín. No en tu día.

Como les conté el año pasado, no es que una esté baja de bilirrubina o que no se le pegue ni la gripe: novio tengo, amigos ufff como cancha, osea que no es por envidia o por no tener con quién celebrar. El tema es la huachafada, el melodrama, el creer que si no se celebra este día «como se debe» el mundo se va a acabar… As if!

SON DOCE ROSAS QUE HABLARÁN POR MÍ…

El amor debe celebrarse todos los días, ¿sí o sí? No hay que esperar al 14 de febrero ni dejarse llevar por las tendencias consumistas… Si quieres ser un toque más romantic@ el día hoy, pues sélo, pero eso sí: sélo también los otros días del año. Como dice mi gran amigo y filósofo Simón Díaz:

Cuando el amor llega así, de esta manera
uno no tiene la culpa (ta ta ta ta ta).
Quererse no tiene horario
ni fecha en el calendario
cuando las ganas se juntan (ta ta ta ta ta).

Ahora viene la pregunta: ¿Qué hago yo en San Valentín? No guapos, no me voy a tirar globos al parque del amor, ni a tirar piedras a los restaurantes, mucho menos con banderolas anti-pecado a los hoteles (uhm… cómo no se me ocurrió antes); yo la paso como un día especial, dando detallitos o felicitando a los que más quiero, pero sin llegar al extremo. Si no me invitan a cenar, ni al cine, ni a bailar, ni me dan un regalito, etc., no me enojo (con lo cual no quiere decir que no me guste todo lo anterior, jejeje, apunta Gato); pero si estos detalles vienen a complementar las muestras de afecto !bienvenidos sean!

Para muestra, un botón. Miren lo que me envió una amiga hoy:

¿No es lo máx? Yo también se los dedico a todos y cada uno de ustedes, dignos y fieles lectores (a los turistas también). Y por si no fuera poco, también les regalo esto con todo mi corazón rojaaaazo y con su flecha de cupido más, como los que pegan en las tiendas, supermercados, bancos y etecés.

Que la pasen mostro. Y que la atmósfera amorosa les sea propicia.

MÁS AMORRR:

– El gato descalzo
– El halcón peregrino